Antes, yo también pensaba que el amor era el mejor de los sentimientos. Enamorarse podía resultar ser la montaña rusa de las sensaciones, la esencia pura del ser humano… simplemente increíble. Al mismo tiempo, nuestras primeras referencias del amor eran las telenovelas mexicanas, el cine en Casablanca (en donde siempre tendremos Paris), el odio, la tristeza y el rencor (pues si no hay conflicto en una novela, entonces no tiene sentido, no?) y la eterna presencia de La Otra. Aquella maldita, hija de puta, puta misma ella que se empecina en robarle a la hermosa enamorada el hombre de su vida, ya sea por odio puro o por un falso amor no completamente correspondido. Pasión pura gira alrededor de La Otra, deseos y fantasías que sólo ella puede cumplir. El papel de La Otra, es el más codiciado, al mismo tiempo que el más solitario. ¿Quién te va a querer una vez que todos sepan quién eres, qué hiciste?
Por esa La Otra debe ser anónima.
Pero siempre llega el día en que nos confesamos y no necesariamente porque dejaremos de serlo, simplemente porque queremos. Hoy me provocó crear un blog.
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6 comentarios:
Yo siempre deseo a la otra.
Luis
Adelante...
El amor más intenso que conocí, lo conocí interpretando el papel de la otra.
Yo también fui "la otra" en su momento, así como "la firme" sacavueltera. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Yo NO soy Santa Catársis de los Bloggers.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
Esos son los besos de la otra...en una relación prohibida. Yo también fui y lo mas probable es que sea nuevamente la temida y malvada OTRA.
No es que una quiera hacer daño a alguien solo que a veces la vida nos lleva por caminos intensos.
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